miércoles, 14 de diciembre de 2011

La lucha por el trono de Atlantic City


Quien haya visto la segunda temporada de "Boarwalk Empire" sabe que ha disfrutado de televisión en mayúsculas. Me faltan palabras para describir la grandeza de sus últimos cinco episodios. Nucky Thompson ha demostrado ser el verdadero rey de Atlantic City, y en una ciudad donde las normas se redactan según su voluntad, no podía despedirse la serie de mejor forma. Así que, quieto aquí si no llevas la serie al día, no sigas leyendo, o Nucky te dirá en persona que no buscar perdón (y créeme, da auténtico miedo).

En Septiembre, las cosas se había puesto muy difíciles para Nucky Thompson: no sólo Jimmy Darmody (y su grupo) estaba tramando un plan para deshacerse de él, sino que era detenido por el fraude en las elecciones (visto en la temporada pasada). Con sus enemigos bien reagrupados (siempre en torno a Jimmy y su padre), Nucky sufrió un intento de asesinato. Después de superar este bache, Nucky puso tierra de por medio, cruzó el Atlántico, y se fue hasta Irlanda, con la intención de obtener alcohol a cambio de armas. ¿Por qué? Porque Jimmy se la había jugado, quedándose para sí todo el alcohol que llegaba a la ciudad. A Irlanda Nucky se llevó a Owen, su nuevo Jimmy, un personaje que ha mantenido una especial relación con Margaret y con Katy, una de las sirvientas de la casa del señor Thompson. Pero ya habrá tiempo para comentarlo. En Irlanda, Nucky comprobó la facilidad con la que pueden cambiar las cosas (el cambio de papeles sufrido entre las filas irlandesas) y, poco antes de volver, descubrió que la hija de Margaret tenía polio. 


Si alguien le ha robado la temporada a Nucky, esa ha sido Margaret. De huida de su familia, a devota esposa. De ahí, a viuda, para después ser la amante del mandamás de la ciudad. Pasando por ladrona de la mano que le da de comer, visitando a su familia, pasando por ferviente creyente y terminando como una conspiradora más. Margaret Thompson NO es tonta. La llegada de Owen a la casa de Nucky despertó en la otrora señora Schroeder un deseo del que no pudo escapar (al igual que Katy). Y Katy juega un papel importante porque escuchó lo ocurrido entre Margaret y Owen, un secreto que le puede dar mucho poder, aunque puede que no se atreva a usarlo. Pero no han sido todo alegrías para Margaret: su hija está enferma de polio, lo que le lleva a vivir una crisis importante de la que se refugia en el padre Brennan, que sabe jugar perfectamente sus cartas. Él le pide un "acto de devoción", y Margaret, reconcomida por el sentimiento de culpa por considerarse responsable de la situación de su hija, lo lleva a cabo. Tal es la dimensión de su acto de devoción, que está dispuesta a contar la verdad (y nada más que la verdad) en cuanto a Nucky. Magnífica escena entre Steve Buscemi y Kelly Macdonald.

Y aquí hay que mencionar la llegada de Esther Randolph, fiscal del Estado, a Atlantic City con un único objetivo: llevar a Nucky a prisión, para lo cual contará con la ayuda del agente Van Alden, cuya vida es un drama después de que su mujer descubra a Lucy (querida Paz de la Huerta: ¿dónde te has metido?) y su bebé. El divorcio es inminente. Pero Van Alden no se va de rositas, y es que los actos del pasado te pasan factura en el presente: en la primera temporada, Van Alden ahogó a su compañero en plena sesión de bautismos en directo. Uno de los allí presentes le hace llegar la noticia a Nucky, y es así como comienza, poco a poco, a recuperar el control sobre su situación. Claro que, el hecho de que el nuevo príncipe de Atlantic City (aka Jimmy Darmody) vaya poco a poco arrepintiéndose de habérsela jugado a quién le crió, también tiene mucho que ver en la historia. Brillante fue el 2x11, capítulo centrado, precisamente, en Jimmy Darmody. En sus días universitarios, cuando conoció a Angela y cuando la relación con su madre fue un paso más allá. Pero en la actualidad, la situación le ha superado: su mujer ha sido asesinada por Manny Horwitz, Nucky vuelve a tener alcohol en su poder y la heroína aparece en su vida. Cabreado con la manipuladora de su madre, y no dispuesto a hacer que su hijo olvide a su madre, asesina a su padre. "Termínalo", le alienta su madre. Y por supuesto, Richard hace acto de presencia para limpiar el percal.


Al final, todo está en su sitio: Chalky White ha conseguido la venganza que tanto anhelaba con respecto al Ku Kux Klan. Nucky ha conseguido su objetivo, y las causas presentadas contra él han sido desestimadas, dejando a la señorita Randolph fuera de juego. Van Alden ha escapado junto al bebé y su niñera. Y Jimmy ha terminado con dos balazos en la cabeza, cuyo origen ha sido la pistola de Nucky. Ese momento, bajo la lluvia, con Nucky, Manny, Owen, Eli y Jimmy ha sido perfecta. Y la frase final de Nucky: "No busco el perdón", es la frase perfecta para lleva a Steve Buscemi a protagonizar todas las fotos de ganadores en las ceremonias de entrega de premios. Pero ¡oh, wait! Recordemos que Margaret NO es tonta, y cuando su (ahora) marido le dice que las cosas con Jimmy se han arreglado y que ha vuelto a alistarse, nuestra robaseries ha dado la puntada final: las tierras que eran de Nucky y que habían sido puestos a su nombre para no perderlas, son ahora propiedad de la iglesa del padre Brennan.

Una temporada de 10 para una serie 10, en la que hemos vivido un apasionante juego de cambios de poder, puñaladas traperas, traiciones y asesinatos a sangre fría. Si con su fantástica primera temporada "Boardwalk Empire" estaba dispuesta a robarle el triunfo a "Mad Men" en los grandes premios televisivos, con la segunda ha dado un golpe de efecto que debería ser recompensado (siempe y cuando la cuarta de "Breaking Bad" se lo permita). It's HBO!

1 comentario:

satrian dijo...

En esta temporada Terence Winter ha ido al grano desde el principio y con tramas interesantes en todo momentos, además sin que le temblara la mano al final.