jueves, 30 de julio de 2015

El mundo es de los jóvenes


'Wayward Pines' ha sido, desde mi punto de vista, un acierto. Una serie evento (miniserie de toda la vida), basada en las novelas del mismo nombre (no adapta la trama de todos los libros) y producida por M. Night Shyamalan (¿será 'La visita' la película que nos haga recuperar la confianza en el director que nos regaló 'El sexto sentido', 'Señales' y 'El bosque'?), que además dirigió el Piloto. Y aunque considero que revelar el misterio tan pronto (en el quinto capítulo) le hace perder cierta gracia (¿acaso no hubiesen podido contarnos exactamente lo mismo pero contándonos la verdad en el séptimo/octavo capítulo?), como producto veraniego ha sido un digno entretenimiento. FOX ha sido cabal y después de venderla como producto con principio y final, aunque sabemos que en caso de haber tenido mejor audiencia hubiese tenido segunda temporada (no será por falta de historia), la ha terminado cancelando.

"No intentes irte. No hables sobre el pasado. No hables de tu vida anterior. Contesta el teléfono siempre que suene. ¡Trabaja duro, se feliz, y disfruta de tu vida en Wayward Pines!"

Matt Dillon (¿es o no es sexy? ¿por qué no ha protagonizado una serie antes con todo lo que le pega?) ha dado vida a Ethan Burke, agente del FBI que tras sufrir un accidente aparece en Wayward Pines, un misterioso pueblo que se encuentra rodeado por una valla electrificada (lo que nos hizo pensar a todos en 'El bosque'). Allí conoce a algunos de sus habitantes más célebres, a los que dan vida Melissa Leo, Terrence Howard, Juliette Lewis o Toby Jones entre otros. Atrás deja a su mujer (Shannyn Sossamon) y su hijo (Charlie Tahan) y se reencuentra con Kate (Carla Gugino), antigua compañera de trabajo a la que dieron por desaparecida años atrás y que ha rehecho su vida junto Harold (Reed Diamond). ¿Qué pasa por las cabezas de los habitantes de Wayward Pines que asisten, ansiosos, a las decapitaciones/ajustes de cuentas de sus vecinos cuando incumplen alguna de las normas del pueblo? 

Con la aparición de Hope Davis (una vez la familia Burke se reúne en Wayward Pines), dando vida a una de las profesoras del instituto, tanto el personaje de Ben como los espectadores conocemos "la verdad" (en el quinto episodio). Pero para eso paso a utilizar spoilers de la serie, por lo que te recomiendo que dejes de leer si no sabes quiénes son los abbies.

"Hola, soy Pam y quiero ser tu mejor amiga"
La Primera Generación de Wayward Pines. Ellos son la clave. Los abbies (abreviatura de aberraciones) "son el resultado de una serie de mutaciones genéticas o aberraciones (...) ahora son los carnívoros más eficientes (...) una vez fueron hombres". Todos y cada uno de los habitantes de Wayward Pines fueron escogidos y traídos (por medio de accidentes que sufren en sus vidas) "para formar parte de una comunidad especial, una comunidad que no forma parte del mundo que una vez conocisteis, sino más bien de uno muy diferente, un mundo en el que los abbies prosperan, mandan". Resulta que la raza humana desapareció hace casi 2000 años y que no estamos en el año 2014, sino en el 4028. Ahí es nada. Como consecuencia de los accidentes sufridos por los elegidos, éstos fueron puestos en cámaras de hibernación y despertados en el momento en el que eran necesarios en Wayward Pines (interesantísima esta idea: tener en el "banquillo" siempre reservas). Dentro de todos los elegidos, los jóvenes son los más importantes. Ellos forman la Primera Generación, obra y gracia del salvador, David Pilcher (Toby Jones). "No se lo contéis a ningún adulto por una simple razón: el futuro de esta gran ciudad se asienta en vosotros". Literalmente, pues el personaje de Davis pretende que Ben, el hijo de Ethan, se ponga manos a la obra para concebir la primera generación "pura" de Wayward Pines.

A partir de ese momento ponemos rostro a los abbies, seres humanos convertidos en bestias que arrasan a su paso y que se alimentan de todo lo que encuentran. Pilcher es el constructor del arca (Wayward Pines) y cuenta con todo lo necesario para desarrollar la vida en ella. "Las mentes jóvenes no tienen miedo. Están menos arraigadas al viejo mundo. Pueden aceptar la verdad". Ésta es la razón por la que sólo unos pocos adultos conocen la razón por la cual Wayward Pines está rodeada por una valla. Y no es por mero capricho de Pilcher, sino porque el primer grupo de habitantes que pobló la ciudad lo hizo conociendo la verdad y terminó siendo un fracaso, así que Pilcher hizo borrón y cuenta nueva. Lo mismo que pretende hacer cuando Ethan, cansado de los secretos y el mal hacer de Pilcher, decide contar toda la verdad al pueblo, coincidiendo con el descubrimiento de la facción rebelde, liderada por Kate y Harold.

No te fíes de Truman Capote
La locura se desata cuando todo lo que puede salir mal sale mal. Parte de los rebeldes consigue escapar, provocando la ira en Pilcher, que mientras ve cómo Ethan cuenta toda la verdad, decide dejar desprotegido el pueblo y permitir la entrada de los abbies para que arrasen y comiencen de nuevo. "En invierno, en cuanto las aberraciones hayan emigrado, podremos empezar de nuevo desde cero" le comenta a su hermana Pam (Melissa Leo), que ve atónita cómo su hermano se ha vuelto loco. Curioso y radical el cambio sufrido por Pam, que comienza presentándose como una villana sin corazón que cree completamente en la causa y que termina mostrando compasión y corazón. Y matando a su hermano, claro. Megan Fisher (Hope Davis) se entrega completamente a su Salvador y pierde la vida, igual que Ethan, que se sacrifica (totalmente innecesario) para salvar a los demás, sin saber que el resto de miembros de la Primera Generación se ha refugiado también en su arca. Este detalle es importante pues, tres años y cuatro meses después, cuando Ben despierta (sufrió un golpe que le dejó inconsciente) descubre que Wayward Pines (y, en definitiva, el mundo y la humanidad) está en manos de la Primera Generación (que tragan con todo lo que Pilcher les vende). ¿Los adultos? En hibernación.

"Do not try to leave"
Debo confesa que este cruel giro final me ha gustado muchísimo y que, claramente, la serie podría haber continuado con una segunda temporada en la que Ben haría lo imposible por despertar a los adultos. 'Wayward Pines' es una serie perfecta para el verano. Es verdaderamente adictiva en su primer tramo, decayendo tras el descubrimiento de la verdad y remontando el vuelo cuando todas las cartas quedan sobre la mesa. Si hasta los fallos del guión (¿de verdad son incapaces de contarles la verdad a los rebeldes para ahorrarse todo el drama? ¿de verdad los jóvenes aceptan sin problemas la situación que se esconde tras la valla? ¿no les cuentan la verdad a los adultos por miedo a que se suiciden pero luego se cargan a todos aquellos con inquietudes? ¿no se trata de no perder población?) son aceptables, igual que la presencia de Adam Hassler (Tim Griffin), un personaje totalmente prescindible y que sólo contribuye a liar al espectador cuando le vemos compartir escenas con Toby Jones. Recomendable.

miércoles, 22 de julio de 2015

El estúpido súper poder de Jackie Peyton


Showtime decidió que ya era hora de cerrar (literalmente) el All Saints Hospital y confirmó que la séptima temporada de 'Nurse Jackie' iba a ser la última. Tarde, pero saber que iba a llegar a su final fue abrazado con entusiasmo por sus seguidores (que cada vez éramos menos). La gran pregunta era: tras el final de la sexta temporada, ¿íbamos a ser testigos del verdadero cambio de Jackie Peyton o iba a ser un espejismo de los tantos que hemos ido viendo a lo largo de los siete años que la dramedia ha estado en antena?

Que Jackie Peyton (una Edie Falco que ha estado impecable de principio a fin y que ganó el Emmy por la primera temporada de la serie de un total de seis nominaciones, además de conseguir cuatro nominaciones al Globo de Oro) ha sido una buena enfermera no lo duda nadie. Que ha sido buena compañera, tampoco. Que ha sido buena madre, tampoco, aunque sus decisiones personales lo hayan puesto en duda en más de una ocasión. Que está enferma, nadie lo cuestiona. Su adicción ha sido el centro de atención de la serie. Un centro de atención inamovible y que ha sido exactamente el mismo durante todo este tiempo. Hemos visto ir a Jackie a rehabilitación en varias ocasiones. Y tantas veces le hemos visto recuperarse como ser incapaz de admitir su condición, lo que echaba a perder los esfuerzos hechos por todas aquellas personas que ha tenido a su alrededor intentando ayudarle. Y este ha sido el lastre de 'Nurse Jackie' en sus últimas temporadas. Cuando parecía que la situación de Jackie daba un paso adelante el castillo de naipes caía por su estúpido súper poder: ella no está enferma y, por tanto, no tiene que recuperarse de nada.

Cuando descubres que O'Hara regresa a casa
Enfermos nos hemos puesto los espectadores viendo que era imposible hacerle avanzar (como muy bien le dice O'Hara en su esperadísimo regreso "Eso no es avanzar, es andar en círculos"). Es de agradecer que Jackie haya dejado atrás el hijoputismo máximo que practicó en la sexta temporada (sufrido especialmente por Antoinette) y que me hizo pedir su cabeza en bandeja de plata, cual Salomé (¿a qué biene ese guiño cristiano con Jackie lavándose los pies al enfermo?). "Hazme buena" le pide Jackie a Dios. Su adicción le ha costado prácticamente todo, aunque es cierto que en ningún momento a llegado a perder nada. Y no le ha importado mentir, engañar y/o traicionar a quien hiciese falta (marido, mejor amiga, hijas, aprendiz, jefa). Tal vez el único con el que ha sido más clara ha sido con Eddie, que ha estado a su lado en todo momento, siendo consciente de muchos de los engaños de su actual pareja.

A partir de aquí, spoilers de la series finale de 'Nurse Jackie'.


O'Hara ha regresado para la confirmación de Fiona, su ahijada, y así de paso volver a trabajar por unas horas en el hospital que tanto le ha echado de menos. Si bien Zoey ha sido siempre un amor de personaje, creo que no fue hasta la salida de O'Hara cuando se convirtió en la Zoey que es hoy. Como si no hubiese sitio para dos secundarias potentes (tres si sumamos a Gloria) de las que enamorarse (de hecho, Merrit Wever ganó su único Emmy por la temporada en la que Eve Best dejó la serie). El regreso de O'Hara ha dejado claro que a pesar de la distancia la inglesa conoce muy bien a su amiga Jackie y que es capaz de detectar cuándo trabaja "hasta arriba". Y lo peor es ver a Jackie mintiendo, cuando sabe que no es capaz de engañar a su mejor amiga. Zoey supo aprovecharse de los bajones de Jackie, ya no acaparando protagonismo, sino porque los seguidores de la serie casi teníamos más interés en saber qué era de ella que por conocer la última de su jefa. Que en esta temporada final la "alumna" ha ya tenido que convertirse en supervisora de su "profesora" ha sido un acierto que ha terminado con la confesión de la primera: "Lo supe la primera vez que te conocí, tenía miedo de ti. Y desde entonces quise ser como tú. Y ahora lo único que hago es preocuparme por ti". Así Zoey le hace ver que desea continuar sola, alejada de su mentora, labrándose su propio camino.

Como no podía ser de otro modo, la suspensión de Jackie no supuso que ésta decidiese poner fin a sus problemas. Simplemente se encontró ante una situación de la que salió airosa, a modo de paréntesis en su vida como adicta, a la que regresó poco después de recuperar su situación profesional y volver a vestir su uniforme azul. Pero ¡ah, amiga Jaqueline! esa dosis que te metes a modo en la fiesta con la que los trabajadores del All Saints se despiden unos de otros parece ser la definitiva. Nos dejan claro que la protagonista sigue viva, aunque quiero pensar que no consigue llegar al hospital y se muere. Porque de otro modo todos sabemos que Jackie volvería a hacer uso de su (estúpido) poder y se pondría a andar, de nuevo, en círculos.


Ha sido una buena temporada de despedida, que nos hace olvidar lo floja que fue la anterior. Una pena despedir a Coop (que ya no era ni la sombra de lo que llegó a ser) a siete episodios del final, cuando Peter Facinelli podría haberse quedado hasta el último. Pero bueno, su salida fue cubierta por el (acertado) fichaje de Tony Shalhoub, que ha sido un pilar fundamental para Jackie y al que hemos visto llegar, también, a su final. Es curioso, porque Betty Gilpin (la Doctora Roman) llegó a 'Nurse Jackie' para cubrir la baja de Eve Best y, aunque al principio no parecía que fuese a ganarse un hueco en nuestros corazones, lo ha terminado consiguiendo. Y con nota. La pareja que ha formado junto a Zoey en estos últimos capítulos ha sido adorable a más no poder. Me ha gustado el detalle de despedirnos también de Dios, ese vecino loco que tantos problemas dio en los inicios de la serie. Y Akalitus, esa otra gran secundaria, la única que le plantó cara a Jackie, y una auténtica superviviente.

'Nurse Jackie' termina su andadura televisiva recuperándose del bache, pero lejos de lo gran serie que fue y con un final correcto, pero que como espectador me ha dejado indiferente.