"Camelot" era la nueva apuesta de la cadena Starz para esta midseason. Se buscaba repetir el éxito obtenido con "Spartacus: Blood and Sand" y "Spartacus: Gods of the Arena" y así se consiguió con la emisión de sus dos primeros capítulos (se convirtió en el mejor estreno de la cadena). De ahí en adelante no he sabido más en cuanto a su audiencia. Lo que está claro es que todavía no se sabe nada acerca de la renovación.
La trama no es un secreto para nadie: Arturo sucede en el trono a su padre el Rey Uther, lo que despierta los celos en su hermana Morgana. Arturo se hace con la corona y Camelot, mientras que Morgana se queda con el castillo de Pendragon, convertida en la hermana del Rey. Cada uno va a ir formando su propio ejército. Arturo se rodea de caballeros y "champions" como su hermano Kay y Leontes. Mientras que Morgana se hace con los favores de Sybil, una monja mala malosa, a la que comienzas odiando, pero terminas adorando; y Vivian, una joven brujilla, más buena de lo que aparente. Y entre una cosa y otra, guerras, invasiones, traiciones y demás parafernalia de la época.
Aviso que van a caer spoilers.
Y por supuesto, también hay sitio para el amor. Ginebra y Leontes. Ginebra y Arturo. Arturo y Moragna. Morgan y Merlín. Merlín e Igraine. Hay mucha tensión sexual en el ambiente, y cada uno le hace frente como puede. Aunque algunas de estas parejas son tramposas, ya que Morgana ha recurrido, en hasta dos ocasiones, a sus poderes de transformación para llevarse a la cama a quien ha querido. Y es que Morgana es mucha Morgana, el mejor personaje de la serie, y todo gracias a esa diosa de la naturaleza que es Eva Green. Y ya, cuando Morgana se alía con su monjita del alma (Sinéad Cusack), la fiesta está asegurada. Que hay que aliarse para matar a tu hermano y así hacerte con la corona, se hace, sin remordimientos. Eso sí, si se descubre el pastel, habrá que sacrificar a la monja loca. Aunque luego se cometa un incesto de diccionario. Pero todo por una justa causa: engendrar un heredero. Y ojito, que Morgana no se anda con chiquillas: que para cortarse las venas usas las esquinas de las paredes del castillo. Que no se nos olvide que hablamos de una mujer que tiene una especial relación con un lobo.
Los fallos de la serie están en dos de sus personajes o, mejor dicho, en dos de sus actores. No puede ser que Arturo sea un rey tan blandiblú, tan de mentira, tan poco hombre, con su coletita pa'rriba y pa'bajo. ¿Quién tiene la culpa? Jamie Campbell Bower. El otro fallo está en Joseph Fiennes. Su Merlín no me gusta. Y Merlín debería ser un gran personaje. Y la culpa es del actor, que no sabe cambiar de cara. Y es de un intenso que cansa. Si renueva la serie, quiero un Merlín más natural, y que se vuelva loco y empiece a hacer sus truquitos, que seguro que tiene muchos guardados en la manga. Y el señor Arturo que quite su cara de pánfilo al ver a Ginebra (Tamsin Egerton), aunque esto es comprensible, que Ginebrita se las trae. Y hablando de estos dos, Arturito no tiene perdón. Acaba de incinerar a su "champion" Leontes y ya está otra vez con Ginebra (aunque en realidad fuese Morgana).
Una primera temporada bastante entretenida, con sus fallos, pero entretenida. Con un capítulo final muy al estilo The Vampire Diaries (por aquello de las tres muertes de protagonistas al precio de una). Con una Eva Green muy generosa, muy malosa, y con su monjita siempre al lado.
¡Quiero que Starz renuve "Camelot"!
2 comentarios:
Adoro a Eva Green, pero ni la trama me engancha, y la pareja protagonista me produce urticaria, le dí unos capítulos para ver si me convencía, pero me temo que no ha sido así, ahí se queda en el olvido seriéfilo.
satrian: la pareja protagonista (Arturo+Merlin) son de grima. El resto no es una maravilla, pero me ha tenido bastante entretenido, y Morgana y su monjita loca es que me han gustado mucho.
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