La fiebre por hacer volver series del pasado se les ha ido de las manos en EEUU. Las hay que regresan a modo de continuación ('Will & Grace'), pero también las que lo hacen en formato remake, empezando de cero pero contando la historia de unos personajes ya conocidos por la audiencia. Es el caso de 'Dynasty' (disponible en Netflix), remake de 'Dinastía' (serie que la ABC mantuvo en antena durante 9 temporadas) y que en EEUU emite la cadena CW. Hay que admitir que la CW le ha echado un par a la hora de renovar la serie, pues su audiencia no puede haber sido peor (con una media de 0.18 en demos y sin llegar a los 700.000 espectadores). Ahora bien, me alegro muchísimo, no sólo porque la temporada ha terminado en lo más alto, sino por lo mucho que ha mejorado la serie a lo largo de su primera temporada.
Y es que 'Dynasty' tenía el nivel muy alto: hace unos años, la propia CW revivió 'Melrose Place', y aunque no dudó en cancelarla, su primera temporada fue una maravilla. Pasó lo mismo con '90210', la continuación de 'Sensación de vivir' que sí tuvo éxito (5 temporadas). TNT hizo lo propio con 'Dallas', que alcanzó las 3 temporadas y que fue tristemente cancelada a pesar de lo maravillosa y disfrutable que fue. Y ahora 'Dynasty', que regresará con su segunda temporada el próximo otoño.
Lo sucedido con 'Dynasty' es digno de admiración. Con un comienzo correcto, pero lejos del exceso y el absurdo esperados, a 'Dynasty' le faltaba algo para ser la serie que debía ser. Es verdad que tuvo un par de capítulos en los que sí tenía todo lo que se esperaba de ella, pero no fue hasta la llegada de Nicollette Sheridan (que en la segunda temporada será personaje regular) cuando la serie alcanzó su máximo potencial. No solo supuso un soplo de aire fresco, sino que su llegada hizo disminuir la presencia de tramas aburridas (los Colby) que fueron sustituidas por otras mucho más interesantes y repletas de giros (más o menos inesperados).
A partir de aquí spoilers de la primera temporada de 'Dynasty'.
El comienzo de temporada tuvo tramas bastante flojas: todo lo relacionado con Matthew (Nick Wechsler) y su mujer Claudia (Brianna Brown) daba para bostezar, hasta que ésta se convirtió en una loca maravillosa a la que terminaron quitando de en medio enviando a un psiquiátrico. Los hermanos Colby eran tan odiosos como insoportables (qué nada más grande es Mónica Colby) y su presencia en pantalla, literalmente, me molestaba. Pero ah, demos gracias a la lengua afilada de Fallon Carrington, siempre dispuesta a dar lo mejor de sí ("¿A dónde vas, Cristal? ¿A la iglesia? Dios sabe que te encanta estar de rodillas", "Necesitaba recordar que hasta los pobres pueden ser felices"). Por entonces hicieron su aparición el padre de los Colby y la hermana de Cristal. El primero, como no podía ser de otro modo, mantuvo el mismo nivel de aburrimiento y soberano coñazo que sus hijos; la segunda, en cambio, trajo mucha vida y ajetreo a la vida de los Carrington (incluyendo el secuestro express de Fallon).
Como de los Colby era imposible deshacerse, al menos los guionistas fueron cambiando sus tramas, pasando por el drama de su padre hasta convertirlo en venganza. Una venganza frustrada, porque en esta serie no hay nadie más listo que Fallon, que vio venir sus movimientos y el día de la boda pidió el divorcio acompañada de una sorpresa. Una sorpresa guapísima y maravillosa que tenía la cara de Adam Huber. La muerte del padre de Blake ("El viejo murió, literalmente, por su racismo") marcó el comienzo de lo que sería un tremendo tramo final de temporada, propiciando la llegada de Alexis Carrington (Sheridan) y que Steven tuviese que acostarse con su ex novia Melissa (Kelly Rutherford) para evitar que Sam fuese deportado. Por no mencionar esa pedida de mano en español y en pleno funeral que precedió al polvazo en la capilla.
Alexis Carrington llegó dispuesta a arrasar con todo lo que se pusiese a su paso. Incluida su hija Fallon, con la que terminó en la piscina entre tirones de pelo. Hay que admitir que los 345 planes que traía Alexis bajo el brazo eran brillantes (igual que todos y cada uno de los outfits que ha lucido). Todos con el único objetivo de hundir a su ex marido. Aunque el mejor ha sido el último, y al que recurrió cuando Steven, su único aliado, decidió que era hora de que se marchase (¿existe personaje menos espabilado que Steven?). "No eres el primer Carrington, Steven". Mientras su hijo iba en busca de su hermano perdido, Blake no hacía otra cosa que discutir con Cristal, entrando en una dinámica que han arrastrado durante demasiados capítulos ("Estoy asustada de ti" "Deberías estarlo"). Y la pesadilla de Culhane (¿es Robert Christopher Riley el peor actor de la historia?) siempre en medio, ahora con la muerte de su padre (¿"Cómo puedo quedarme callada si hay una situación estilo Erin Brockovich?").
Liam (Huber) también fue víctima de Alexis, aunque en este caso él tuvo su parte de culpa al no haber contado una sola verdad en torno a su vida real. Lo mejor del último plan de Alexis fueron los flashbacks en los que Nicollette Sheridan, para parecer más joven, aparecía utilizando el filtro "plánchame la cara". Así descubrimos que los Colby eran en realidad primos de los Carrington y que, por lo tanto, también tenían derecho a una parte de la empresa. Derecho que también compartía Adam (Brent Antonello), el hermano perdido al que Steven localizó y que...¡se acostaba con su madre! Porque, como no podía ser de otro modo, el verdadero Adam sigue desaparecido o está muerto y Adam es en realidad Chris, amante de Alexis y pieza clave para terminar de hundir a Blake, su empresa y hacerse con el dinero.
Y así llegamos a la season finale, repleta de bombas. Carrington Atlantic, ya en manos de Fallon ("Carrington Atlantic no es sólo un negocio familiar, es una dinastía"), a punto de ser vendida a un comprador ruso ahora que los Colby y Adam son también accionistas. La ex novia de Steven apareciendo para dejarle un regalito: "Estoy embarazada". El regreso de Claudia, acompañada por Matthew, su marido presuntamente muerto, armada y con ganas de venganza. Alexis reculando en su plan ahora que ha descubierto que puede afectar a Fallon y a Steven. Y Cristal, que ha descubierto la verdadera relación que hay entre el falso Adam y Alexis, y que termina encerrada y habiendo recibido un disparo de Claudia que iba para Matthew pero que, ¡oh, sorpresa! sigue estando muerto, y sus apariciones son fruto de la cabecita loca de su viuda. A todo esto hay que añadir el incendio que alguien provoca en la mansión (¿es obra de Kirby, la hija psicópata de Anders, invitada a la boda por Sam?). El regreso de Liam ("Estoy enamorado de ti"), casi se queda en mera anécdota al lado de todo lo ocurrido.
Mi teoría es que ese incendio se cobrará dos víctimas: Culhane, convertido en héroe, pero que ha de desaparecer de la historia para que Fallon y Liam puedan ser pareja en paz, y Melissa Daniels, evitando así que Steven (que seguramente haya saltado por la ventana y esté a salvo) sea padre. Cristal se salvará (tiene que salvarse sí o sí), pero sufrirá algún tipo de amnesia o algo que le evite contar la verdad respecto a Alexis (además de no divorciarse, veremos qué pasa con el apartamente que se compró). Y de alguna forma descubrirán que Claudia es la responsable del disparo, así que bien podría ser que ella y Adam (fugados juntos) sufriesen un accidente. ¿Quién será la actriz que interprete a Kirby? Sólo nos han dejado ver su pierna y escuchar su voz. ¿Es ella la responsable del incendio o nos sorprenderán de alguna manera? ¿Cómo van a reaccionar los Carrington una vez descubran TODAS las mentiras de Alexis? ¿Que la familia de Liam compre CA significa que se queda?
'Dynasty' es una serie hecha para todos los que disfrutamos de lo absurdo, lo mamarracho y el exceso en general y que adoramos los giros de guión imposibles. Una buena serie pero a la que le cuesta alcanzar el tono que se espera de ella. Una serie que recompensa al espectador. Con creces. Su último capítulo es auténtica dinamita. No es mal momento este verano para que, los que no lo han hecho aún, disfruten de sus primeros 22 episodios.
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