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jueves, 9 de febrero de 2017

Secretos y mentiras de mercadillo


'Secrets and Lies' fue estrenada por la cadena ABC en marzo de 2015 cuando las network, o bien empiezan a terminar las temporadas de sus series, o estrenan aquellas en las que tienen menos confianza debido a la menor competencia. Y no le fue nada mal, pues su primera temporada promedió un buen 1.5 en demos y 5'66 millones de espectadores. Así que la cadena se animó a renovarla por una segunda temporada con dos cambios sustanciales con respecto a la primera: cambiaría todo el reparto (a excepción de Juliette Lewis) y pasaría a estrenarse a finales de septiembre, o lo que es lo mismo, en temporada alta. Y no ha corrido la misma suerte, pues la media ha bajado hasta el 0.76 con poco más de 3'2 millones de espectadores.

Y no es para menos, pues la temporada ha sido una decepción en mayúsculas salvada exclusivamente por sus últimos capítulos (que no por la resolución del caso). Y es que la muerte de Kate Warner (Jordana Brewster, por siempre la Elena Ramos de la nueva 'Dallas') no ha tenido ni un sólo ápice de interés. El caso ha estado siendo rellenado con secretos y mentiras que carecían de interés, con una cantidad ingente de personajes (el reparto era lo suficientemente interesante como para atraer al espectador) que, por supuesto, han ido pasando todos por el punto de mira. Y además, por si fuera poco un sólo caso, la aparición de Danny Voss (Kenny Johnson, 'The Shield') buscando a su hija se incorporó para eternizar la serie, ralentizarla y aburrir al espectador cuando se centraba en su búsqueda. ¿Ha disfrutado alguien con Eric y Danny jugando a los detectives?


Lo peor es que la trama personal del personaje de Lewis, la detective Cornell, ha seguido presente en esta segunda temporada, y si en la primera ya me importó poco, en la segunda aún la hecho menos. Entiendo que sea ella la verdadera protagonista de la serie, al fin y al cabo es el nexo en común entre ambas temporadas, pero que la temporada se cierre con esa escena y ese sonido con la pantalla en negro me parece totalmente innecesario. E irrelevante, porque estando claro que va a ser cancelada, es fácil darle un único significado a las imágenes. Aunque teniendo en cuenta que se produce después de conocer la identidad del asesino de Kate (valiente despropósito de resolución), casi que importa hasta poco.

Toca entrar en terreno spoiler.

Me fascina cómo la muerte de Kate Warner ha servido única y exclusivamente para demostrar lo metida en mierda que estaba esa familia. Y lo santa que era ella, por mucho que al comienzo de la temporada le escuchásemos decir "Mira, he hecho cosas de las que no me enorgullezco". Y es que Kate, que muere en el primer capítulo de la temporada, ha ido apareciendo en formato flashback relacionándose con todos los personajes que hemos visto este año para demostrar lo malos que son ("Eres sólo una invitada en esta familia. Si no empiezas a ocuparte de tus propios asuntos, Kate, resultarás lastimada"). Pero ella, como mujer fuerte que era, sufría en silencio. 


La investigación de su muerte ha servido para poner en evidencia el alcoholismo de su cuñado Patrick (Charlie Barnett; 'Chicago Fire') y el fraude que cometió comprando casas, lo que llevó a sacar a la luz que su mujer Melanie (AnnaLynne McCord; 'Sensación de vivir: la nueva generación' y a quien también vimos en la nueva 'Dallas'), a la que el hermano de su marido definió como "escandalosa, desagradable mocosa malcriada", era una proxeneta y regentaba un burdel. Normal que Eric (Michael Ealy; 'FlashForward', 'The Good Wife', 'The Following) le dijese a su hermano "Nunca compares a tu esposa con la mía". Otro secreto desvelado ha sido que John (Terry O'Quinn; 'Perdidos', '666 Park Avenue'), el patriarca de la familia Warner, es bígamo y tiene una segunda familia, lo que llevó a conocer que su primer hijo (el verdadero) fue el responsable del chantaje sufrido por Eric, el que hasta ese momento pensaban era el hijo mayor. 

De paso hemos sabido que la madre de los Warner está en coma desde que hace 20 años su hijo Eric le empujase y le hiciese caer por las escaleras mientras defendía a su hermana de la agresión de su madre. Aunque lo mejor ha sido conocer la identidad del asesino de Kate: nada más y nada menos que Amanda Warner (Mekia Cox, a quien actualmente podemos ver en la segunda temporada de 'Chicago Med'), hermana de Eric, amiga de la muerta y gran mentirosa. ¿El motivo? Descubrir que su cuñada estaba embarazada sin buscarlo, y ella buscándolo no lo conseguía. ¡Bravo, guionistas! Lo más divertido ha sido descubrir su inutilidad escupiendo en un macetero en la misma escena del crimen...¡siendo ella abogada! Aunque la bomba ha sido conocer que está embarazada de Neil (Eric Winter; 'El Mentalista', 'Las brujas de East End'), el mejor amigo de su hermano Eric.


En conclusión: una madre en coma, un padre que lo ha perdido todo, incluyendo una de sus familias, un hermano en alcohólicos anónimos, divorciándose y a punto de pasar entre 18 y 36 meses en prisión, una hermana que ha asesinado a tu mujer embarazada y que encima quiere que te hagas cargo del bebé que está esperando, un mejor amigo que a pesar de asegurar que estaba enamorado de tu hermana ha decidido huir al descubrir que es el padre del hijo que va a tener, sin olvidar el hijo que tu mujer tuvo a los 16 años y que dio en adopción y de cuya vida quieres pasar a formar parte. La vida de Eric Warner es apasionante. Con respecto a Voss, y después de dejarlo bien claro ("Si mi niña se va a prostituir, puede ir acostumbrándose a ir a prisión"), termina reconciliándose con su hija; no así Cornell, que al llegar a casa orgullosa del trabajo bien hecho (cosa que no ocurrió en la primera temporada) se encuentra a su hija robando joyas y a alguien apuntándole con su arma. La pantalla va a negro. Se escucha un disparo. Para mí, Cornell está muerta.

lunes, 18 de mayo de 2015

Secretos, mentiras y la careta de Ryan Phillippe



'Secrets and Lies' ha dado la campanada en la noche de los domingos de la ABC y, aunque no ha tenido unas audiencias despampanantes (el último capítulo marcó un 1.7 en demos), sí han sido suficientes para que la cadena haya decidido renovarla por una segunda temporada. Y yo que pensaba que era uno de esos eventos con principio y final. Y más teniendo en cuenta su trama.

El asesinato del pequeño Tom Murphy conmocionó a los vecinos de Chelsea Bay Drive, un barrio residencial de Charlotte. Ben Crawford (Ryan Phillippe estrenando careta en todos y cada uno de los diez episodios que han compuesto la primera temporada) se convirtió en el principal sospechoso al ser él quien encontró el cadáver en el bosque. Por eso su vida, la de su mujer (KaDee Strickland) desde hace 17 años, y las de sus hijas Natalie (Indiana Evans se va a comer el mundo) y la pequeña Abby (Belle Shouse) cambian radicalmente. Especialmente desde que la detective Cornell (Juliette Lewis al principio es un auténtico circo, luego se centra) se ha propuesto destapar todos los secretos que habitan en casa de los Crawford, empezando con la detención de Ben.

Phillippe de carnaval todo el año
A partir de aquí, spoilers sobre la primera temporada de 'Secrets and Lies'.

Como todo buen drama con asesinato que se precie, 'Secrets and Lies' está repleto de personajes secundarios sobre los que recaerá, en algún momento, la sombra de la sospecha. Porque si algo tiene claro el espectador desde el principio es que Ben tiene tanto de culpable como Cornell de maestra de la comedia. Empezando por el insoportable de Dave (Dan Fogler), el mejor amigo de Ben. Él ha sido mi apuesta (fallida) como asesino de Tom. En todos los episodios ha dicho alguna frase, ha actuado de tal forma que hacía pensar que iba a terminar siendo el responsable. ¿De verdad fue incapaz de contarle toda la verdad en torno a la noche en la que murió Tom? ¿Y qué me decís de aquellos vecinos que resultaron ser un matrimonio de hermanos? ¡Demencial!

Pero si hay algún vecino que ha tenido claro que Ben era el único culpable ha sido Kevin Williamson, ese señor que le secuestró una noche y le torturó porque le pilló liándose con Jess (la madre de Tom) y él era el abanderado de los soldados a los que sus parejas les engañan cuando están en el extranjero. Ese capítulo fue muy loco y Phillippe nos ofreció sus mejores registros. Kevin quedó en el olvido ("Ahora es problema del fiscal") y la vida siguió adelante, siendo Cornell la siguiente sospechosa cuando nos la vendieron como una detective corrupta y sin alma por haber encerrado a su propia hija. Las dudas se disiparon rápido y pasamos a la siguiente de la lista: Christy Crawford, la mujer del principal sospechoso, al que apoyó desde el primer momento pero al que dio la espalda en el momento más oportuno. "Me has robado los mejores años de mi vida y no voy a dejar que te lleves más". Ea. Todo se complicó cuando la presentaron como una infiel que ocultaba dinero a su marido y que pagaba a escondidas a su abogado.


A la vez que Christy estaba en el ojo del huracán, Cornell descubrió que el modus operandi del asesinato (matar en el agua) era cosa de mujeres, y fue cuando se convenció de que Ben no tenía nada que ver. Y yo pensando que Cornell lo tenía claro desde el principio. Fue entonces cuando en escena, y a lo grande, entró Jess (Natalie Martinez), que volvió a acostarse con Ben y lo primero que le dijo al despertar fue "Podríamos concebir otro". Otro bebé, claro, porque Tom resultó ser hijo de Ben. Esa frase tan poco afortunada despertó las alarmas de Ben, que descubrió que su vecina estaba loquísima y que, además, ya había perdido otro bebé en el pasado. De la noche a la mañana Jess se había convertido en la asesina de Tom. Y en una loca que le tiraba tijeras. Y que, aparentemente, había secuestrado a su hija Abby. "Se siente horrible, ¿no es así?". Y que, para rematar, aseguraba que Ben le había violado.

Pero Cornell ya había identificado a la verdadera asesina de Tom Murphy. Y Ben lo había descubierto por su cuenta. Abby, la pequeña Abby, confesó ante sus padres que aquella noche se fugó junto a Tom para hacer que Scott (pareja de Jess y padre no biológico de Tom) volviese a casa. Y de paso hacer que Ben se centrase en su mujer y dejase de ponerle ojitos a la vecina. "Sólo quería mantener a nuestra familia unida". Nat, su hermana mayor, lo tuvo claro: "No podemos mantenerlo en secreto" y la familia Crawford se volvió loca al hablar de que la niña (de 12 años) iba a ir a prisión. 

¡Que alguien me lleve a 'Hermano mayor'!
Conclusión: Christy y Abby se fueron de la ciudad, Ben confesó y Natalie se fue a vivir con su tío. ¿Es necesario separar a la familia ahora que Ben ha confesado e ingresado en prisión? Pero Cornell lo sabe todo y tiene claro que Abby es el mal: "Abby es cruel, es insensible, es violenta". Que su hija sea una delincuente puede ayudar a que tenga esta visión sobre Abby, pero es la verdadera. "Tom no será su última víctima". "Voy a encerrar a Abby Crawford", le confiesa a su ex marido, que aparece en el último momento para dejar claro que se dejará ver en la segunda temporada. Y mientras, Christy, comprobando que su hija está MUY LOCA: "Estaba segura de que Jess se marcharía. Nada de esto habría pasado si hubiera llevado a Tom al río". ¡Que alguien le regale una pegatina para el coche que diga "Psicópata a bordo"!

'Secrets and Lies' ha sido un digno entretenimiento, aunque era carne de serie de verano, época en la que estoy seguro que se hubiese disfrutado más. Pero claro, una serie ambientada en plena Navidad emitiéndose en época estival, mal. ABC la estrenará en midseason de la temporada que viene, en la noche de los miércoles. Cornell persiguiendo a Abby. Ben en prisión. Y Christy conviviendo con una loca. No habrá que perdérselo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Secretos y mentiras


'Secrets and Lies' es el título del nuevo drama que la ABC ha estrenado esta midseason para la noche de los domingos (pasando a ocupar el lugar de 'Resurrection'). La serie viene a confirmar dos modas: la de los remakes ('Secrets & Lies' se estrenó en 2014 en Australia y estaba protagonizada por Martin Henderson, que en 2011 estrenó, precisamente en la ABC, la fracasada 'Off the Map') y la de las series que giran en torno a asesinatos (sin ir más lejos, la misma ABC estrenó la semana pasada 'American Crime'). Barbie Kligman ('Private Practice', 'The Vampire Diaries', 'CSI:NY') es la responsable del show.

¿Qué pasaría si tras una discusión con la mujer de la que estás a punto de divorciarte te fueses de copas con un amigo y a la mañana siguiente,sin recordar nada, mientras haces footing, te encontrases el cadáver de tu vecino de 5 años? Eso es lo que le sucede a Ben Garner (un Ryan Phillippe que se ha comprado una cara nueva y que vuelve a televisión tras 'Damages' y su cameo en 'Men at Work), lo que le convierte, de forma automática, en el principal sospechoso de la muerte de Tom. La encargada de la investigación es la detective Cornell (la nominada al Oscar Juliette Lewis, a la que vimos hace tres años en 'The Firm' y a la que volveremos a ver en 'Wayward Pines'), una mujer dura, fría, profesional, con un palo clavado en el culo y muy toca pelotas (y que probablemente desee tirarse a Garner). KaDee Strickland (a la que no habíamos vuelto a ver desde el final de 'Private Practice') da vida a Christy, la mujer de Ben, encargada de traer el dinero a casa. Sus 17 años de matrimonio han dado como resultado dos hijas: Natalie (Indiana Evans, vista en 'H2o' y que es una joven Margot Robbie), una adolescente de 16 años y Abby (Belle Shouse). Junto a la familia Garner vive Dave (Dan Fogler, Man Up!'), el insoportable mejor amigo de Ben que dedica su vida a follar, beber cerveza y estar todo el día sentado tocándose las pelotas. Tom es el hijo de Jess (Natalie Martinez, 'Under the Dome', 'CSI:NY', 'Detroit 187'), vecina de los Garner.

A partir de aquí, spoilers de los tres primeros capítulos.

La nueva cara de Ryan os saluda
La muerte de Tom (un niño cuya canción favorita es 'Everything is awesome' lo que le convierte en adorador de Satán) altera las navidades (la época perfecta para hacer que la muerte del niño sea todavía más dramática) de los vecinos de Chelsea Bay Drive, un barrio residencial de Charlotte, donde todos (aquí no se salva nadie) ocultan secretos. Como no podía ser de otro modo (porque la serie está repletita de clichés y lugares comunes), Ben y Jess no sólo estuvieron liados, sino que Tom es hijo de Ben. Pero ojo, que ninguno de los dos lo sabía. Está muy bien que la noticia "se filtrase" a la prensa, lo que provocó una nueva discusión entre los Garner y la aparición de Scott (Benjamin Ciaramello, 'Friday Night Lights'), el violento marido de Jess, militar, y que se pasa la orden de alejamiento por donde todos sabemos. Muy bonito que Nicole (Meaghan Rath, 'Banshee', 'Being Human'), hermana de Jess, se tire a su cuñado y sea ella la que le diga que Tom no es suyo. ¡Gran persona la amiga Nicole! La que sí conocía el lío entre Jess y Ben es Christy, que no duda ni un segundo en facilitarle su trabajo a Cornell. Para que todo sea un poco más too much, Ben se acostó con Jess (y la dejó embarazada) el mismo fin de semana en el que Christy se sometió a un aborto (sin contarle nada a su marido). "Tuviste el hijo que querías", le suelta en plena discusión a Ben.

A Ben (que una vez te acostumbras a la cara de Phillippe, que vuelve a ser normal en el capítulo tercero, le ves hasta guapo) le encanta salir a correr. Tanto como a Justin Theroux en 'The Leftovers', aunque sin calcetines. Ya me entendéis. Eso sí, sudar sudan por igual. Como se trata de una serie en la que hay que resolver un asesinato, el desfile de sospechosos es una constante, y sabemos que todos ellos ganarán protagonismo en futuros capítulos. Tal es el caso del hermano de Christy, de Joe (Steven Brand), de Matty (Tad Cooley), un joven con algún tipo de retraso, o del propio Dave, que aunque sí es más protagonista que los otros dos, no me extrañaría nada que diese la campanada. Los que tampoco faltan son los vecinos cabrones que deciden estar por encima del bien y del mal y que seguro tienen mucho que callar, como Kevin (Gregory Allan Williams, 'Drop Dead Diva'), el típico negro religioso que suelta perlas del tipo "Quien haga daño a un niño yo digo que lo maten. Deja que Dios lo solucione". Lo más maravilloso son esos extras sin frase (o con frase en plan "Espero que compres esa pistola para matarte") que se dedican a pasar al lado de Ben mirándole con cara de miedo o rechazo. Por no hablar de ese "Child killer" pintado en su puerta.

"Ahora mismo me estoy tocando"
El papel que la prensa juega es similar al visto (y leído) en 'Perdida', la película de David Fincher basada en la novela de Gillian Flynn: están encima de Ben y le machacan en televisión a través de informativos y diversos programas (como el de Ellen Abott en 'Perdida', aunque dándole muchísima menos importancia). "Ben, estás empezando a parecer culpable" es una de las muchas frases que se oye decir a los reporteros cuando le hablan/gritan a Ben. Pura sutilidad. En cuanto al arma del crimen, una linterna que, por supuesto, es de Ben y le hace ser un poco más culpable, está desaparecida hasta que alguien (aquí es donde empiezo a sospecha de Dave) la pone en su camioneta para que él haga con ella lo que crea conveniente (tocarla lo más posible y esconderla en un falso regalo de Navidad que pone bajo el árbol y que no tardará nada en ser abierto). Otra pista es ese momento "¿Qué había que contar?" en relación a lo ocurrido la noche anterior a que Ben encontrase el cuerpo de Tom. Hijo, si tu mejor amigo está siendo señalado como culpable, da toda la información que puedas para ayudarle. O cuando, con lo tonto que parece, pregunta que cómo supo Scott, ante de que se filtrase a la prensa, que Ben era el padre de Tom.

A Ben yo le recomendaría que llamase a Annalise Keating, vecina de cadena, y que seguramente conseguiría que saliese impune de todo el asunto. Y hablando de abogados, me encanta que nos presenten a ese abogado penalista cuyo único objetivo en la vida es ganar dinero y hacerse famoso. ¡Nunca lo habíamos visto! Y no me quiero dejar a Natalie, que le suelta a su padre un retorcido "¿O me matarás a mí también?" en la fiesta a la que acude sin permiso y a la que Ben va a buscarle. Por cierto, que ya que su trabajo no le da de comer, Ben podría hacerse detective privado, pues la forma que tiene de espiar a su hija mayor llevando una gorra pero conduciendo la camioneta en la que pone el nombre de su empresa pone de manifiesto su buena maña en el terreno. ¡Chico listo! 

Al final, Ryan vuelve a ser guapo
'Srecrets and Lies' no nos cuenta nada nuevo, pero se deja ver, y aunque en sus tres primeros capítulos ha avanzado bien poco, es entretenida. Está muy bien ver a Ryan sufrir, y a Lewis ejercer de detectiva implacable y muy cabrona. Y oye, que de vez en cuando desnudan a Phillippe.