¿Que los dramas familiares están de moda? Claro que sí, pero ¿acaso dejaron de estarlo en algún momento? Uno de los últimos en subirse al carro fueron los Braverman, que estrenaron su primera temporada durante la midseason del año pasado. Odié su episodio Piloto, pero luego se fueron haciendo un huequito en mi corazón seriéfilo, hasta convertirse en uno de los visionados semanales que más esperaba. Y antes de seguir, que quede clara una cosa: Walker FTW. Como decía, los Braverman se convirtieron en imprescindibles.
Estrenaron segunda temporada en muy buena forma (releyendo la entrada que dediqué a su segunda premiére, me doy cuenta de lo previsibles que han sido algunas tramas). Pero no importaba, de clichés también se vive; lo importante es que los Braverman siguiesen emocionándome como llevaban haciendo durante sus primeros 13 capítulos. Y como siempre, toca hacer balance de las historias de cada uno de los Braverman.
Y empezaré con Camille y Zeek. Nunca me llegaron a gustar en la primera temporada, y no lo han conseguido en la segunda, aunque hay que reconocer que me han caído algo mejor (sobretodo Zeek). Siguen sin tener una trama para ellos solos (dejando a un lado las clases de pintura y las ganas de infidelizarse), pero están ahí para sus hijos. Adam y Kristina han tenido que lidiar con varios frentes. Por un lado, los cambios en el trabajo de Adam, empezando teniendo de jefe a William Baldwin, para terminar con Anthony Corrigan. Estando Baldwin al frente de la compañia, tuvo además su affaire con Sarah Braverman. Al final, después de aguantar carros y carretas, Adam ha sido despedido. Un peso que se quita de encima, aunque no el mejor momento para hacerlo. Tuvieron que lidiar también con la enfermedad de su hijo Max. Con la ayuda de Gaby todo fue más sencillo, hasta que Crosby se metió por en medio y lo fastidió. Max descubrió además que sufría Asperger, y tuvo como entretenimiento en su fiesta de cumpleaños a un Michael Emerson muy especial. Eso sí, ha tenido sus momentos de crisis insoportables (la última, en el hospital con su obesión para comer tortitas). Y por último, han tenido que enfrentarse a Haddie. O más que a Haddie, a su novio Alex. Ha sido una trama constante a lo largo de la temporada, que llevó a Haddie a irse de casa (a la de sus abuelos, donde Camille se metió de lleno donde no la llamaban). Y todo porque Alex, además de negro, era mayor que Haddie y fue alcohólico. Y no, yo no puedo soportar ni a Alex, ni a su forma de hablar. El mayor drama vino con el prom dance, que fue cuando sus padres estuvieron presentes (vía teléfono móvil) en la primera vez de su hija. Aunque en realidad estuvieron presentes en su segunda vez. ¿Y quién se ha quedado embarazada con tanta obsesión por usar condón? Kristina. En el mejor momento, sí señor.
La historia de Crosby ha sido la que menos me ha gustado. Mira que me costó cogerle cariño, pues una vez lo conseguí, todo el trabajo por el retrete. Liarse con Gaby le hizo perder muchísimos puntos, además de sufrir una enorme crisis con Jasmine, de la que no se han recuperado hasta la season finale y de conseguir que su hermano Adam le ignorase durante un tiempo. Y Jabbar, que era tan adorabilísimo, también ha perdido mucho lovelidad. Quiso ser rebelde, pero lo quedó muy mal. Vamos, que todos los protagonistas de la trama Crosby (él mismo, Jasmine y Jabber) han salido muy mal parados de cara al espectador esta temporada. Sarah, Drew y Amber también han vivido lo suyo. La madre por los continuos cambios de trabajo, además de por los sufrimientos que le han dado sus hijos y por la aparición de su ex (John Corbett). Drew ha seguid en su línea, es decir, aparezco y desaparezco sin dar ningún tipo de explicación. Tuvo su protagonismo con la llegada de su padre, pero luego la tierra se lo tragó (aunque si aparecía y tenía escenas con su hermana, ambos ganaban muchísimos puntos). Y Amber, que ha tenido todo el protagonismo que no ha tenido su hermanoa. Estuvo en crisis con la llegada de su padre, se hizo cantante, vio fracasado su intento de ir a la universidad, trabajó con su tía Julia y ha terminado teniendo un accidente de coche. Pero sigue siendo la Amber que tanto me gusta.
Y dejo para el final a mi Braveman favorita, que sigue sin tener todo el protagonismo que merece. Julia, Joel y Sydney son una familia perfecta. Estuvieron casi toda la temporada intentando quedarse embarazados, hasta que descubrieron que Julia no podría quedarse embarazada de nuevo. Al final han tomado la decisión que esperábamos: adoptar. Pero para eso, Julia ha tenido que asistir un parto histérico. Mientras Sydney siga teniendo sus salidas (momento vaginas), los tres seguirán teniendo todo mi amor.
Ha sido una temporada bastante decente, algo inferior a la primera, pero igualmente interesante. Para haceros una idea, de los 22 capítulos que han formado su segunda temporada, sólo puse 3 estrellas a dos en MyTVShows, 5 estrellas a cuatro, y 4 estrellas al resto. Su renovación está en el aire, pero si regresasen en Septiembre, allí estaría yo para darles la bienvenida.
1 comentario:
El final estuvo bien, pero yo no le perdono los capítulos tan tostones que nos ha dado esta temporada así que si renueva no la veré, aunque me encantaría saber cómo prosigue la historia de Julia.
Saludicos.
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