En Mayo de 2007 Antena 3 estrenó una serie ambientada en un internado de niños ricos en el que todo el mundo tenía secretos. Supuso un boom, y ya todo el mundo empezó a catalogarla como la mejor ficción española; se exageró, pero ya sabemos que es lo que tienen las novedades (el año pasado mucha gente incluyó a Modern Family o Glee entre las mejores series de televisión). "El internado" ofrecía algo que no habíamos visto antes en televisión, por lo que su éxito estaba más que justificado. Sus dos primeras temporadas fueron muy adictivas, coherentes, y bien planteadas. Pero a la cadena triste se le subió el pavo a la cabeza y vio en "El internado" a su gallina de los huevos de oro. Decidió estirar el chicle lo indecible, empezar a meter personajes "misteriosos", niños y profesores chungos, y, en general, a desvariar. Todo ello salpimentándolo con inspiraciones en la serie americana que puso fin a su historia el 23M. Y cuidadín, que voy a spoilear.
Nazis, laboratorios, virus, medicamentos, cuarentenas, familias rotas, militares, gente quemada a lo bonzo, muertos y resucitados, personajes que desaparecen sin dejar rastro y un largo etcétera de tramas que no tenían ni pies ni cabeza. Y sin olvidarme de aquello que se sacaron de la manga y que llamaron "Los archivos secretos del Internado", una especie prólogo de cada episodio en el que los personajes eran interrogados por la policía una vez escapaban del internado. Nunca los ví, pero no sirvieron para nada. La salida de la serie de varios actores (Luis Merlo y Ana de Armas) trastoco los planes de los guionistas y lo achacaron todo a la locura de un personaje: el de Noiret.
Ayer la cadena triste emitió su "esperado" final. Y qué queréis que os diga, me pareció lo más facilón, blanco y previsible que ha parido madre. Presumían con que iban a contestar a todos los interrogantes (presumiendo de que no harían como Lost) cosa que no ha sido así. Pero ha nadie la ha sorprendido. Además, el final estaba claro desde el minuto uno: todos sabíamos que Marcos y Paula se reunirían con su madre, que los malos perderían y que, por tanto, los buenos vencerían. ¿Que le ha costado la vida a Fermín? Pues sí, ya era hora, porque aquí el cocinerito ha estado salvando el pellejo un episodio cada tres.
En cuanto al reparto, ha tenido sus aciertos y sus fallos. ¿Aciertos? Blanca Suárez, Marta Torné, Yon González, Carlos Leal, Natalia Millán, Amparo Baró, y Luis Merlo y Elena Furiase (éstos últimos sólo al principio). ¿Fallos? El resto de alumnos, empezando por Martín Rivas, que no vale nada como actor, aunque a todo se acostumbra uno. Lola Baldrich o Javier Ríos también han dado mucho el cante. Y a muchos que no nombro porque esto se haría eterno. Mis personajes favoritos han sido mayoritariamente femeninos (María, Julia y Elsa), a excepción de Iván, que tenía mucha más gracia cuando era el malo.
Como he dicho, de siete temporadas que se han emitido en 3 años (sí, 7 temporadas en 3 años) sólo se salvan las dos primeras. El resto es un relleno de mal gusto. Tal vez nos hubiésemos encontrado otra cosa si sus 71 capítulos no hubiesen durado 70 minutos cada uno. Porque, por ejemplo, ¿a qué santo volvieron a meter a la pobre María en el psiquiátrico? ¿Por qué Noiret desapareció sin dejar rastro? ¿Dónde se metió el nieto de Jacinta?
Tengo claro que no voy a empezar más series de Antena 3. Conseguí bajarme del carro de Física o Química en el primer capítulo de su quinta temporada, y Doctor Mateo la dejé tras se segunda temporada (aunque no me importaría retomarla). Y de Hispania no pienso ver absolutamente nada.
PD. Cotilleando las audiencias que ha tenido la serie a lo largo de su historia, me doy cuenta de que no han sido tan flipantes como recordaba, así que al final, el 19.2 de share que marcó el capítulo final es más que decente.
Nazis, laboratorios, virus, medicamentos, cuarentenas, familias rotas, militares, gente quemada a lo bonzo, muertos y resucitados, personajes que desaparecen sin dejar rastro y un largo etcétera de tramas que no tenían ni pies ni cabeza. Y sin olvidarme de aquello que se sacaron de la manga y que llamaron "Los archivos secretos del Internado", una especie prólogo de cada episodio en el que los personajes eran interrogados por la policía una vez escapaban del internado. Nunca los ví, pero no sirvieron para nada. La salida de la serie de varios actores (Luis Merlo y Ana de Armas) trastoco los planes de los guionistas y lo achacaron todo a la locura de un personaje: el de Noiret.
Ayer la cadena triste emitió su "esperado" final. Y qué queréis que os diga, me pareció lo más facilón, blanco y previsible que ha parido madre. Presumían con que iban a contestar a todos los interrogantes (presumiendo de que no harían como Lost) cosa que no ha sido así. Pero ha nadie la ha sorprendido. Además, el final estaba claro desde el minuto uno: todos sabíamos que Marcos y Paula se reunirían con su madre, que los malos perderían y que, por tanto, los buenos vencerían. ¿Que le ha costado la vida a Fermín? Pues sí, ya era hora, porque aquí el cocinerito ha estado salvando el pellejo un episodio cada tres.
En cuanto al reparto, ha tenido sus aciertos y sus fallos. ¿Aciertos? Blanca Suárez, Marta Torné, Yon González, Carlos Leal, Natalia Millán, Amparo Baró, y Luis Merlo y Elena Furiase (éstos últimos sólo al principio). ¿Fallos? El resto de alumnos, empezando por Martín Rivas, que no vale nada como actor, aunque a todo se acostumbra uno. Lola Baldrich o Javier Ríos también han dado mucho el cante. Y a muchos que no nombro porque esto se haría eterno. Mis personajes favoritos han sido mayoritariamente femeninos (María, Julia y Elsa), a excepción de Iván, que tenía mucha más gracia cuando era el malo.
Como he dicho, de siete temporadas que se han emitido en 3 años (sí, 7 temporadas en 3 años) sólo se salvan las dos primeras. El resto es un relleno de mal gusto. Tal vez nos hubiésemos encontrado otra cosa si sus 71 capítulos no hubiesen durado 70 minutos cada uno. Porque, por ejemplo, ¿a qué santo volvieron a meter a la pobre María en el psiquiátrico? ¿Por qué Noiret desapareció sin dejar rastro? ¿Dónde se metió el nieto de Jacinta?
Tengo claro que no voy a empezar más series de Antena 3. Conseguí bajarme del carro de Física o Química en el primer capítulo de su quinta temporada, y Doctor Mateo la dejé tras se segunda temporada (aunque no me importaría retomarla). Y de Hispania no pienso ver absolutamente nada.
PD. Cotilleando las audiencias que ha tenido la serie a lo largo de su historia, me doy cuenta de que no han sido tan flipantes como recordaba, así que al final, el 19.2 de share que marcó el capítulo final es más que decente.
5 comentarios:
Como no veo la serie solo puedo comentar una cosa... ¡Qué camisa más horrible lleva Marcos en la primera foto!
Ay, ¿dónde está esa serie que iba a durar sólo una temporada? Aquí desde luego que no. Una pena que algo que podía haber sido tan grande, lo destrozaran así.
Saludicos.
Las primera temporadas fueron buenas, luego desvarió como todo en la televisión española que tiene éxito. Hispania ni el minuto 1 veré. Harto estoy de tanto estiramiento de tramas, de personajes que viven, mueren, vuelven a vivir... coincidimos con los personajes favoritos, por cierto.
manganxet: jajaja, es que estas fotos son mortales!
LiPooh: pero claro, cuando ves un éxito, aprovéchalo a muerte.
Adicto: lo sentiré, porque Hispani tiene a Lluis Homar que me gusta mucho, pero me niego.
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