viernes, 21 de febrero de 2014

Super ¿Fun? Night


Dear Diary!

ABC emitió esta semana el último capítulo de 'Super Fun Night', una de sus nuevas apuestas en comedia para esta temporada. Sí, lo ha hecho esta semana, en plenos Juegos Olímpicos de Invierno, lo que pone de manifiesto el poco éxito que ha tenido la serie. Se estrenó el dos de Octubre con 'Modern Family' como telonera y marcó un muy buen 3.2 en demos superando los 8 millones de espectadores. Pero luego fue perdiendo espectadores, hasta quedarse en un triste 0.9 y menos de 3 millones. Los JJOO le han afectado, pero la comedia venía ya muy deshinchada. Y, además, hay que recordar que no vimos su "Piloto" hasta su octava semana en emisión (quedó horrible y más con los cambios en el reparto que hubo después).

'Dear diary' por partida doble: el horror
Y mira que me fastidia que haya tenido tan poco éxito y que haya sido tan irregular. Y digo irregular por no decir floja. Pero también lo ha sido. Un flop con todas las de la ley. Tenía mucha fe en 'Super Fun Night' y ha terminado siendo decepcionante. Yo quería pasármelo teta junto a Rebel Wilson ('Bridesmaids', 'Pitch Perfect'), creadora, guionista, co-productora ejecutiva y protagonista del show y no ha sido así. O, al menos, no lo ha sido tanto como esperaba. Y es que la gracia de Wilson está en los pequeños papeles; esos robaescenas que se le dan de lujo. Pero en 'Super Fun Night' ella es la absoluta protagonista y cansa. Cansa porque no tiene toda la gracia esperada. Y porque sus conversaciones de chiflada frente al ordenador (su diario) me ponían de los nervios.

Su Kimmie Boubier comenzó enamorándose de su jefe Richard (el inglés Kevin Bishop), al que mareó todo lo que quiso y más (además de ir conquistándole poco a poco) para terminar en brazos del insoportable de James (Nate Torrence), un cocinero al que conoció a través de Richard. Moraleja: la gorda no puede quedarse con el no gordo a pesar de que se enamoró perdidamente de él porque está destinada a enamorarse de otro gordo. ¡Pues que viva el amor! Pero querida Kimmie: no olvides quién te plantó por trabajo en plena cena de San Valentín y quién te besó. Pues eso. Que la escena final en el aeropuerto tendría que haber sido muy diferente. Por si no tuviésemos poco con una Boubier, en un capítulo aparecieron su madre (la dos veces nominada al Oscar Jacki Weaver, que vino a hacer el mamarracho con una falta hawaiana) y su hermana (una divertida Ashley Tisdale que podría haberse quedado en la serie).

Nunca. Jamás.
Las que han sido un poco para darles de comer a parte han sido las mejores amigas de Kimmie: Helen-Alice (una Liza Lapira mucho más aprovechada que en 'Don't Trust the Bitch in Apartment 23') y Marika (Lauren Ash), con un nombre muy apropiado para su personaje. Las dos han vivido a rebufo de la señorita Boubier y han tenido tramas secundarias, cuando ha quedado demostrado que podían ser tan protagonistas como ella (que nadie olvide lo genial que fue su asistencia a la conferencia de "leonas enamoradas" dirigida por Molly Shannon o su participación en el tuppersex). Totalmente prescindible la aparición de sus vecinos: tres losers de la vida que aparecían para que la serie entrase en bajón y que, además, no sirvieron ni como interés amoroso del trío de amigas (a excepción de Benji, pero todos sabemos cómo ha ido el asunto).

Pero si hay algo que me fastidia de 'Super Fun Night', ha sido lo mal que han desarrollado el personaje de Kendall (Kate Jenkinson). La que debía ser la némesis de Kimmie (vale, sí, lo ha sido) no ha sido todo lo explotada que debiera y le han dejado a medio camino de convertirse en una bitch de primera. No hacía falta demostrar que tenía corazón: ¡era la villana de la función! Y menos rebajarla de tal modo que terminó pasando más de un capítulo y más de dos con la patética comparía de Helen-Alice y Marika.

Kendall, te queremos
'Super Fun Night' será fácilmente olvidable. Y es una pena que haya terminado cuando en mejor forma estaba (no es malo despedirse con la emisión de sus dos mejores capítulos). Ah, y sus pocos números musicales ha sido bastante efectivos (especialmente 'El fantásma de la ópera' o el 'Fat bottomed girls' del final). Al igual que su opening: de lo mejor de la serie. Es fácil de ver: son sólo 17 episodios. Pero no seré yo el que os anime a echarle un ojo. Hay comedias nuevas mucho mejores. ¿Quién dijo 'Trophy Wife'?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Comparto tu oponión sobre algunos de los personajes y algo de la trama en cuestión como por ejemplo la escena final del aeropuerto, pero a mi la serie me encanta y me fastidia pensar que no habrá segunda temporada. Me encantan ambos protagonistas (Rebel Wilson y Kevin Bishop).