A pesar de ser una de mis novedades favoritas de la pasada temporada, 'Designated Survivor' ha pasado a despertarme la mayor de las indiferencias. Y es que, si bien el año pasado la trama de la conspiración me pareció apasionante, la de este año, centrada en Alex Kirkman, me ha parecido un auténtico bodrio. Y lo peor es que como ya sabíamos que Natasha McElhone iba a abandonar la serie, el destino de su personaje sólo podía ser uno. Además, los casos políticos que han dado cuerpo a los capítulos no me han parecido nada del otro mundo (están a años luz de 'Madam Secretary') y, de hecho, el de la mid season finale me ha parecido digno, ya no de 'Anatomía de Grey', sino de 'Sin Cita Previa'.
Si por algo se caracteriza 'Desginated Survivor' es por un patriotismo exagerado ("Y sin embargo, el Presidente nunca ha vacilado en su creencia en el sueño estadounidense o en la creencia fundamental en la bondad del pueblo estadounidense") y por mostrarnos a un POTUS que es 100% bondad y humanidad ("Mis objetivos iniciales fueron estabilizar el país y tratar de traer el pueblo estadounidense de vuelta de una terrible tragedia. Pero ahora quiero que vuelvan a creer en su Gobierno. Quiero que confíen en que su voto es importante y sepan que tienen una voz en su propio destino"). Ambas cosas, vistas desde fuera, despiertan una vergüenza ajena considerable. Y están presentes en todas las tramas episódicas ("Nunca he visto a nadie tan bueno con el trabajo con la multitud" "Es porque no es trabajo para él. Es quién es él").
Dejando ésto a un lado, la segunda temporada de 'DS' ha tenido dos grandes tramas a lo largo de sus 10 primeros capítulos. Lo relacionado con Frank Lloyd se lo ventilaron rápido pues, a fin de cuentas, era una continuación de lo visto en la primera temporada. Y de Lloyd sacaron la que ha sido la trama de la temporada y que ha involucrado a Alex Kirkman y a su madre (Bonnie Bedelia). Un auténtico coñazo que parecía mucho mayor de lo que en realidad era, pues ha terminado resolviéndose de la forma más rápida y sencilla. ¿En serio han necesitado tantos capítulos para terminar dándole ese final? ¿A nadie se le había ocurrido que la Primera Dama hiciese esa declaración un poquito antes? Todo muy de cuento de hadas, a lo que hay que sumar esa despedida (sin querer) por teléfono.
Lo mejor de la serie sigue siendo Hannah Wells ("Nadie es más peligroso que yo ahora mismo"), el único personaje que hace algo por poner fin a las conspiraciones que persiguen al Presidente Kirkman. Y, como no podía ser de otro modo, se ha terminado viendo envuelta en una de ellas. No era muy difícil adivinar que Damian (Ben Lawson) no era trigo limpio, aunque es cierto que como han tardado tanto en descubrirle y no hacía otra cosa que ayudar a Hannah (y darle de merendar), pues parecía que nunca iba a llegar el momento de sacarle a la luz. Hay tantas pruebas en su contra, que estoy convencido de que al final va a resultar que es bueno. ¿Es realmente malo o de verdad iba a demostrarle a Hannah que está con ella? ¿Tal vez infiltrado? ¿Qué tiene que ver con los rusos?
En cuanto al resto de personajes de la serie, de los hijos ya casi no sabemos nada (cosa que celebro). El #TeamKirkman me saca de quicio: Seth es insoportable (me puede el odio que siento hacia Kal Penn) y estoy deseando que le pase una desgracia para que desaparezca; Emily la pobre bastante tiene con aguantar a sus compañeros; Aaron se cree que está por encima del bien y del mal; y Lyor (Paulo Costanzo) es un personaje demasiado visto ("No me gustan los escrúpulos. Son poco prácticos", ¡qué malote!) que no aporta nada y su sentido del humor es bastante cuestionable.
La audiencia de la serie ha disminuido considerablemente este año, por lo que lo más probable es que termine siendo cancelada. En su regreso nos tocará aguantar a un POTUS viudo (no creo que vayan a dejar a Alex en coma), que se volverá más intenso y humano que nunca. Menos mal que Hannah estará siempre presente para ayudar a que la serie no termine de perder todo su interés.
9 comentarios:
A mí me encanta la serie no me parece aburrida para nada todo lo contrario!!!espero la tercera temporada
La serie me gusta bastante y no es aburrida para nada.
Yo reconozco que estoy completamente de acuerdo!!! Sigo viendo la serie (de fondo mientras estoy con el móvil) solo por Hannah Wells... No soporto a alguien tan entregado a todas las causas y siendo tan honesto y sincero... Por Dios, ni tan malo como Spacey en House of cards ni tan bueno como este...
Como estamos de acostumbrados a la cortupcion y oscuridad que cuando aparece alguien así de transparente a la gente no le gusta que triste realidad la de este mundo
Me gusta la serie y espero tercera temporada
Lo más desacertado, fue eliminar a la esposa de Kirkman. Y segundo! Quitar protagonismo de sus hijos. La cual lo hace lucir como una persona sola , aún con su equipo de trabajo.
Murío la esposa de Tom el presidente de Estados Unidos
La serie baja notablemente en la segunda temporada y mejora después de la muerte de la primera dama. Concuerdo con la apreciación de Seth, y lo bueno que es el trabajo de la señora Q
Me gusta mucho la serie, toda ella en general; me agrada el hecho de intentar al menos por parte del presidente de ser honesto e íntegro, lamente mucho la muerte de su esposa, no me gustó; pero entendí que la actriz renunció.
Vuelvo a ver la serie por tercera vez
Publicar un comentario