Una invasión televisada

"Falling Skies" ha sido una de las series revelación de esta temporada estival que está a punto de terminar. De hecho, sus buenos datos de audiencia han hecho que los aliens vayan a regresar, de momento, durante un año más. Y allí estaremos para presenciar la segunda parte de la invasión llevada a cabo por mechs, skitters y los seres larguiduchos a los que hemos puesto cara en los últimos capítulos de la temporada. El balance de sus 10 primeros episodios es positivo, aunque debe mejorar en sus personajes, porque muchos de ellos no merecen vivir por más de 5 minutos. De aquí en adelante, spoilers.

De hecho, sólo inlcuiría a tres personajes dentro del grupo de los que "merecen vivir": Tom (Noah Wyle), aunque cuando se pone en plan profesor que se cree un veterano de guerra, pide a gritos que le peguen dos tiros), Margaret (Sarah Carter), que se ganó mi amor en la season finale con su actitud hacia el menor de los hijos de Tom), y el propio Matt (Maxin Knight), que además de estar bien interpretado, es adorable. ¿El resto? Todos deberían morir entre terribles sufrimientos, empezando por Weaver (Will Patton). Nunca me cayó simpático, pero en los últimos capítulos se ha ganado todo mi odio. No sé si es el tono de voz de Patton, el hecho de ser un militar viejo insoportable o una mezcla de todo, pero hubiese disfrutado viéndole morir. Ese drama gratuito que nos han metido con su familia me sobra totalmente, aunque tengo claro que será una de las tramas de la segunda temporada (y seguro que encuentra a su mujer o a su hija, pero no juntas, que a este señor le queda mucho drama por delante). Anne (Moon Bloodgood), la doctora de toda la vida, es otra que tal baila. Así de primeras parecía normal, pero poco tardó en sacar a la luz su drama (¿perdió o no perdió un hijo?). Al menos, una vez consiguió que Tom la cogiese de la mano, recuperó la normalidad. No como el hijo mayor de Tom, Hal (Drew Roy), que con su cara de suela de zapato y sus aires de "seductor que tiene una mujer en cada puerto", se fue haciendo más y más insoportable, siempre queriendo estar en el centro de la acción. Además, chavala, que eres ¡FEO!. Y sus novias también se las traen: Lourdes (Seychelle Gabriel) por monjita insoportable que todo lo arreglaba rezando y por creerse que habiendo ido un año a la Universidad era una House en potencia. Y Karen (Jessy Schram), que parecía normal, pero fue raptada por los aliens muy pronto. Ahora ha vuelto, y convertida en portavoz de nuestros amigos los aliens. Veremos cuánto nos dura (porque el reencuentro Hal-Karen caerá seguro). Y en cuanto a la tercera novia, Margaret, forma parte de los "molones". Pope (Colin Cunningham), tenía todas las papeletas para ser el mejor personaje de la serie, y ha sido todo un MEH. Y al niño Jimmy (Dylan Authors) no sé dónde colocarle: no sé si ma cae bien o es un insoportable.

Y tampoco les salió bien el juego establecido en el doble capítulo que se emitió a mitad de temporada: poco tardamos en pillar que había una traición de por medio (al igual que el chivatazo que dio la mujer en el octavo capítulo, cuando van a visitar la casa de Weaver).

En cuanto al final, aunque me ha gustado mucho, creo que les ha terminado saliendo precipitado. Lo que no han sido capaces de hacer en 8 capítulos, lo han conseguido en dos, y eso que lo tenían todo en su contra. "Queremos negociar". Estos aliens son unos cachondos. Esperemos que las aventuras de Tom en la nave madre den para mucho, y que les cuente todas las batallitas que tanto le gustan.

Pero la mejor trama de la temporada ha sido la de los niños que serán skitters en el futuro. Rick (Daniyah Ysrayl) se ha hecho todo lo odioso que debía, y Ben (Connor Jessup), ha sido el lelo-blando-nosénipordóndemedaelaire que debía (los momentos de amor skitter hacia los niños no tienen precio, y sino, recordad la cabezadita que se da el skitter con todos sus "niños"). Ésta, la de la familia de Weaver, las locas aventuras de Tom en la nave y la situación de la Segunda de Masachusets en su ausencia, son tramas más que suficientes para la segunda temporada. Allí estaremos.