'How to Get Away With Murder' fue uno de los mejores dramas del año pasado y éste, aunque ha perdido el factor sorpresa, ha sabido mantenerse como un producto sólido. Tan bueno ha sido el resultado (a pesar de la considerable pérdida de audiencia) que la ABC la ha renovado ya por una tercera temporada (por lo que los americanos tendrán, un año más, la noche Shonda).
"Todo empezó con lo que hicisteis vosotros cuatro" |
El primer año de la serie se centró en el asesinato de Lila Stangard (asunto que ha seguido coleando esta temporada, llegando incluso a tener relevancia en la season finale) y el segundo, aunque comenzó con el asesinato del matrimonio Hapstall, ha tenido que lidiar con una trama secundaria que, parece ser, seguirá acaparando protagonismo el año que viene. De hecho, el asesinato principal fue resuelto antes de que la serie se despidiese en Navidad, razón por la cual la audiencia no esperábamos el giro final y por eso, en mi caso, he recibido esta despedida con los brazos abiertos. Por eso y por la clase de baile que nos ha dado Viola Davis.
El gran pero que le he visto a esta temporada ha sido el personaje de Wes, que al disfrutar de trama propia con relevancia (tanto al principio como al final de temporada) ha estado separado del grupo (le hemos visto socializar muy pocas veces, siendo Laurel su única aliada: "Pero tú has estado cuidando de mí cuando no tenías que hacerlo"). Ha sido Asher quien ha ocupado su sitio, al que terminaron haciendo partícipe (un saludo a Emily Sinclair) de las locas aventuras de los cincos de Annalise Keating. Al igual que el año pasado, la primera parte de la temporada giró en torno a un flashback que marcó la trama Hapstall y que dejaba muy malparada a Annalise (que se marcó un homenaje a la TVMovie 'Lila & Eve' cuando sacó de fiesta a sus chicos).
La que ha espabilado este año ha sido Bonnie, que no ha dudado ni un momento en enfrentarse a Annalise ("Todo lo bueno que has tenido en esta vida es por mi causa") siempre que ha tenido ocasión ("Querrás decir a pesar de ti. Quiero que te mueras"). De hecho, Laurel jugó durante un par de capítulos a ser la nueva Bonnie de Annalise entre polvo y polvo con Frank (aunque para polvos, los conjuntados entre Michaela y Caleb, Annalise y Nate, y Connor y Oliver, estos últimos en el Aula de Derecho Penal, detalle que me fascinó).
Phillip Jessup fue, para nosotros, siempre el culpable de la muerte de los Hapstall, pero no ha sido hasta el final cuando hemos descubierto que Annalise descubrió la verdad cuando Phillip le atacó en el piso de Wes. Verdad que se ha callado hasta ahora, cuando Caleb, el verdadero asesino, ha empezado a declarar contra su antigua abogada. Si Catherine sabía que fue Caleb el que los mató, ¿a santo de qué esa conversación entre hermanos cuando va a visitarle a la cárcel y en la que inculpan a Phillip? Laurel descubrió la verdad con respecto a la muerte de Lila y se la escupió a la cara a Annalise, que no tardó en pedir explicaciones a Boonie para, inmediatamente después, tomar una decisión: "Se tiene que ir". Así pues, Frank ha desaparecido del mapa.
"Somos todos malas personas. Es lo único que tenemos en común" |
¿Es él responsable de la muerte del padre de Wes? ¿O ha sido Eve, sabiendo que Mahoney destrozó la vida de su amada? ¿Es o no es fascinantemente cruel y retorcido que Wes haya visto morir a sus padres con una diferencia de 10 años? ¿Qué ocurrirá cuando Connor descubra lo que ha hecho Oliver (que el año que viene será personaje regular) con su correo de admisión? ¿Cuánto tardará Annalise en darle trabajo a Oliver? ¿Hay algo de verdad entre Michaela y Asher? ¿Se quedará por siempre la madre de Annalise? Tocará esperar hasta el próximo septiembre para conocer las respuestas.
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