'Pretty Little Liars' está a una temporada de decirnos adiós definitivamente. ¡Y eso hay que celebrarlo! Su séptima tanda de episodios servirá para despedirnos de las zorrupias, a las que estoy seguro terminaremos echando de menos, pues lo que ellas nos han dado durante todo este tiempo no nos lo da ninguna otra serie. Pero ya habrá tiempo de llorar y comentar su final.
De momento lo que hoy toca es repasar los acontecimientos acaecidos desde que en agosto conocimos "el juego de la Sweet TrAnsvestite" y dimos un salto en el tiempo de cinco años para descubrir que, aunque -A había sido desenmascarada y detenida, el drama zorrupier seguía existiendo. Por eso aviso: si no llevas la serie al día, y todavía no has visto quién se va a Londres y quién a California, es mejor que no sigas leyendo.
El salto temporal (que se nota porque ahora, cuando las chicas se reúnen, beben alcohol y no zumos y por el nuevo sistema de mensajes que reciben de -A) no ha podido sentar mejor a nuestras queridas zorrupias: Ali, en su versión más gordi y viejuna, sigue en Rosewood, donde ejerce de profesora a la vez que se hace cada vez más íntima de Elliot (Huw Collins), el doctor que trata a su hermana Charlotte. Spencer está en el croma de Washington, Aria trabaja en una editorial, Emily es camarera y Hanna trabaja en el mundo de la moda. La mejor razón para reunirlas es que regresen a su ciudad para hablar frente al tribunal sobre la liberación de -A (Charlotte).
Después de comprobar que Rosewood está repleta de cutre copias de ellas mismas, se reúnen por primera vez para hacerse una buena sesión de fotos Instagram y ponerse al día de sus vidas (la futura boda de Hanna, la muerte del padre de Emily, lo desgraciada que es Emily, el nuevo Radley propiedad de Ashley, la desaparición de la novia random [no es otra que Aurora de Martell de 'The Originals'] de Ezra, la carrera hacia el Senado de Veronica Hastings, las nuevas situaciones sentimentales de Spencer, Caleb y Toby, el viaje a Madrid de Spencer y Toby dónde ella llamó "salvajes" a los borrachos y él se enamoró de 'El perro' de Goya, el nuevo Lucas que no importa a nadie o los nuevos y maravillosos novios de Aria y Hanna).
"Tías, ¡qué pedo!" |
Todo esto queda en un segundo plano cuando, después de testificar a favor de su liberación (excepto Aria) y conseguirla, Charlotte aparece muerta a los pies de la torre de la iglesia. ¡Qué simbolismo! ¡Si es que no hay nada mejor que regresar al hogar! A su funeral acude todo el mundo, incluidas Mona (que trabaja en el mismo mundo que Spencer) y Sarah Harvey, con la que tan buenas migas hizo Charlotte y a la que seguro le comió el papo. "¿Quién mató a Charlotte DiLaurentis?" se convierte en el nuevo "¿Quién mató a Alison DiLaurentis?" con la diferencia de que en el caso de Charlotte la muerte sí es real. Así es cómo las zorrupias vuelven a jugar a lo mismo de siempre, convirtiéndose en detectives que buscan respuestas. Y como ahora son más mayores y maduras, las pruebas a las que se enfrentan son más crueles. O sino que le pregunten a Emily por sus óvulos y a Aria por su visita al Templo del Fuego.
Pero como no todo van a ser dramas, Byron y Ella Montgomery comunican a su hija que se van a volver a casar y que va a ser ella la que presida la ceremonia (que nadie pregunte por Mike). Y como aquí, si matamos dos pájaros de un tiro, somos más felices, Ali y Elliot (que dejan de ser amigos para ser novios) deciden dar el paso y le piden lo mismo a Aria: que sea ella la que les case. ¡En Rosewood cada día es una oferta! La que no está para celebraciones es Hanna, que pierde su trabajo, mientras que Aria recibe una especie de ascenso al escribir a cuatro manos la nueva novela de Ezra. En la familia Hastings vuela la sombra del cáncer en plena campaña, pero los dramas lo son menos cuando Melissa regresa a casa para odiar un poquito más a su hermana pequeña, hacer que todos sospechen de ella y aparecer en un flashback muy borracha. ¡Esto es vida! Pero la vida es más vida si cabe cuando volvemos a ver a la detective Tanner (con su peluca canosa para demostrar que el tiempo no pasa en balde).
'Pretty Little Funerals' |
¿Qué sorpresas nos ha deparado la season finale? La primera, y como no podía ser de otro modo, es que el plan de descubrir la identidad de la nueva -A ha sido un fracaso absoluto. Y eso que utilizan vallas electrificadas como si estuviesen en 'Jurassic Park'. Así que el sacrificio de Hanna (¡no puede quedarse sin montar su nuevo negocio junto a Lucas!) sirve única y exclusivamente para que nos vendan la moto de que la han asesinado (y de que está a punto de caer desde la torre de la iglesia, que por algo las tradiciones son tradiciones). No pienso tomármelo en serio porque sería de tremendo mal gusto matar a la mejor zorrupia de la serie. ¿ACASO NADIE DESEA QUE TORTUREN Y ASESINEN A EMILY? Otra de las sorpresas ha sido el nuevo look de Toby, al que los guionistas le han puesto gafas para disimular esa cara de Jar Jar Binks que ha tenido siempre. La novela escrita por Ezra y Aria ha gustado tanto a la editora (¡qué poco le dura al señor Fitz ese "Nunca la volveré a ver"!) que ya piensan en serie de televisión y precuela. Ah, sí, por supuesto hay beso entre la antigua pareja. Vamos, lo que todos sabíamos que iba a suceder (exactamente igual que con Caleb y Hanna después de la confesión de la rubia). Y Veronica es elegida senadora (¡nadie lo esperaba!).
Pero el twist definitivo de este final de temporada ha sido la reaparición de Andrea Parker, que había dado vida a Jessica DiLaurentis, la fallecida madre de Ali. Y es que, por si Alison hubiese sufrido poco, a los guionistas les ha apetecido que empezase a ver muertos. Aunque con trampa, pues en realidad ni está viendo a su madre ni está viendo a Wilden (otro muerto del pasado). Todo forma parte de una conspiración que sale bien: Ali decide ingresar voluntariamente en psiquiatría convencida de que necesita ayuda. Hija, Emily, ya podrías haber puesto un poco más de tu parte. ¿Y quiénes han urdido semejante plan? Por un lado Elliot (¿es él quien ha estado luciendo todas las máscaras y pelucas durante este tramo de la temporada?) y por otro Mary Drake. ¿Quién es Mary Drake? La verdadera madre de Charles (Charlotte), a la que tuvo mientras estuvo ingresada en Radley, y hermana gemela de Jessica (que adoptó a Charlotte); por lo tanto tía de Ali, lo que convierte a Charlotte y Ali en primas y no en hermanas. Elliot, un traidor en toda regla y el único hombre al que Charlotte quiso en vida, ahora pasa a controlar el 51% de Carissimi (gracias al ingreso de Ali), esa organización en la que trabaja Jason y de la que, supongo, conoceremos más la próxima temporada. "Por fin hemos recuperado lo que debía ser mío".
"Casi destrozo el matrimonio de los Scavo y ahora voy a sembrar el terror en Rosewood" |
¿Y qué pasa con Sarah? Pues que si bien empiezan presentándonosla como oscura, turbia y siniestra, terminamos descartándola como sospechosa y convirtiéndola en simple detective que quiere descubrir (desde sus aposentos en Radley) quién asesino a su querida Charlotte. Cuestión que sigue en el aire (es imposible que la hayan matado su madre y su novio) y de la que esperamos encontrar respuesta en la temporada final de la serie. ¿Es su asesino el mismo que se ha llevado a Hanna? Si la que se llevó a Hanna fue Mary Drake (tal y como parece en el vídeo de seguridad), ¿son la misma persona su captor y el asesino de Charlotte? ¿O Mary Drake estaba ahí por casualidad? ¿Quién es A.D.? ¿Alison DiLaurentis? ¿Es todo un complot de los DiLaurentis-Drake?
¿Participarán las madres en la cabecera de la serie en su temporada final? ¿Les preguntará alguien por el tiempo que pasaron encerradas en el sótano? ¿A quién seducirá Emily en la última temporada? ¿O están Ali y ella destinadas a quererse? ¿Habrá intercambio de parejas entre Spencer, Toby, Caleb y Hanna (si sigue viva, claro)? ¿Se demostrará que Aria es mala o nos dejarán con las ganas? Todo esto y mucho más, este verano, en la séptima y última temporada de 'Pretty Little Liars'.
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