"Best Friends Forever" ha pasado por la parrilla de la NBC con más pena que gloria. De hecho, la gloria, ni la ha visto. Sus cuatro primeros capítulos se emitieron los miércoles, y ante los pobres datos que marcó (en torno a los 3 millones y el 0.9 en demos), la NBC la sacó de su programación. Sus dos últimos episodios se emitieron del tirón un viernes, bajando al 0.6 en demos y pasando, por poco, de los dos millones (el último capítulo).
"BFF" no ha dejado de ser una comedia de amigos de las que tantos ejemplos vimos la temporada pasada (y de la que sólo sobrevivió "Happy Endings"). En este caso tenemos a Lennon y Jessica, las mejores amigas del título que comienzan a vivir juntas después de que Jessica recibiese los papeles del divorcio de su marido. Con Jess en casa, la vida de Lennon y Joe (su marido) cambia. Pero no les importa porque son "los mejores amigos". Queenetta es su vecina, una niña de 9 años (y medio) chunguísima que odia a Jessica y que disfruta metiéndose con ella y gritándole. Y nombro a Rav, el cuarto amigo en discordia, por no dejarle abandonado, aunque su aportación a la serie ha sido más bien mínima (de haber sido renovada, su relación con Jessica hubiese sido bastante protagonista).
Han sido 6 episodios rápidos de ver, ligeros y con algún que otro puntazo (el momento español de Lennon, las salidas de tono de Queenetta, el Cougar Ball o la fiesta del videojuego). No se le echará en falta, pero no siento haber perdido el tiempo con ella.
Y mientras unas se despiden para siempre, otras series regresan. TNT estrenó la semana pasada la segunda temporada de "Franklin & Bash". Y lo hizo por todo lo alto, marcando un 0.9 en demos y más de tres millones de espectadores (lo que supone un aumento del 12% respecto al estreno de su primera temporada). Fue de las nuevas series veraniegas que más me convenció el año pasado, por lo que tenía muchas ganas de tener de vuelta a estos dos locos abogados.
El proyecto "Franklin & Bash" llega a su fin y Stanton Infeld se propone convertirlos en socios. "- ¿Participar en el reparto de beneficios?" "- Ya me imagino viendo la Super Bowl con dos televisiones" "- O más". Así que por ellos no hay problema. Pero para que puedan serlo, es necesario que cuenten con el apoyo del resto de socios, algo que va a ser difícil teniendo en cuenta los odios que sienten por ellos. Mientras, y siguiendo la tónica habitual de la serie (aunque esta vez no hemos sido testigos de la fiesta), Franklin y Bash han sacado adelante dos casos. Uno de sus clientes (Kevin Nealon), parece que se va a quedar por un tiempo en el bufete. Gracias a él se convierten en socios. Sin embargo no lo van a tener nada fácil, ya que Damien y Hanna saben que los socios pueden ser expulsados del bufete si incumplen la cláusula de moralidad, por lo que van a tenerles bien controlados.
La serie ha regresado ofreciendo lo mismo que la temporada pasada, lo que para mí fue una fórmula exitosa. Así que espero disfrutar de estos dos abogados (con los que me iría de fiesta sin dudarlo) y de toda la troupe que los acompaña. Por Lady. Y por Gaga.
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