Desde que vi el Piloto de ‘The
Originals’ en la última edición del Festival de Series hasta que he visto la season finale de la primera temporada
del drama vampírico ambientado en Nueva Orleans y que emite la CW han pasado
casi nueve meses. Es más: pasaron tres meses entre el primer y el segundo
capítulo, ya que el Piloto me dejó tan frío y me decepcionó de tal manera que
la serie se quedó cogiendo polvo y acumulándose los capítulos en el ordenador.
En Enero, y aprovechando el parón navideño, vi 3 capítulos más y no ha sido
hasta Junio, cuando las series han ido cerrando temporadas, que he retomado
‘The Originals’.
Y la conclusión tras haber visto
los 22 capítulos que componen su primera temporada es que los Originales nunca
debieron abandonar Mystic Falls. Pero voy a ser justo: la primera parte de la
temporada es aburrida, un continuo reseteo de la historia cada capítulo (o cada
dos), con esos cambios de alianzas y enfrentamientos entre hermanos tan
absurdos. Luego hubo un par de capítulos (los de los flashbacks en los que se desvela el secreto que guardan Rebekah y
Marcel) mucho más interesantes que los anteriores y que terminan con una salida
inesperada. Le toca entonces el turno a un par más de capítulos random hasta
que comienza la guerra por Nueva Orleans, en la que las alianzas vuelven a
cambiar al antojo de los guionistas y en los que la serie se pone todo lo
interesante que no había estado hasta el momento. Y sí, confieso que me lo he
pasado muy bien con sus últimos tres capítulos. Han llegado tarde, pero han
llegado.
Y es una pena, porque si por algo
se caracterizaron los Mikaelson (especialmente Klaus y Rebekah) es por ser unos
personajes secundarios muy poderosos y que supieron robar protagonismo a los
protagonistas que pululaban por Mystic Falls. A Elijah no le cuento porque me
cuesta mucho soportarle (y porque su presencia en ‘The Vampire Diaries’ era
prácticamente anecdótica). Elijah es un coñazo de hombre (oops, de vampiro)
cuyos discursos (demasiados) permitían que el espectador se pusiese a repasar
la lista de la compra. Pero tener su propia serie no les ha sentado todo lo
bien que debiera. Primero porque han estado rodeados de una panda de personajes
infumables (Hola Marcel, hola Cami, hola Diego, hola Monique). Y segundo, porque los
guionistas han estado haciendo un baile de alianzas y de cambio de objetivos
que era imposible tomársela en serio. Tan pronto los hermanos estaban unidos,
como se tiraban los muebles a la cabeza como Klaus decidía que su “hijo
adoptivo” debía morir.
Ha sido toda una fiesta ver cómo
vampiros (dos grupos enfrentados que hubiesen ganado mucho de haber unido en uno solo), brujas (que han dado todo el por culo que
han querido y han demostrado más poder que el resto de seres sobrenaturales), hombres lobo (que han sido un coñazo enorme y que ganan
protagonismo en exceso en el último tramo de la temporada) y hombres (aunque
esta facción habría que entrecomillarla porque aquí ni pinchan ni cortan) se
disputaban el control sobre Nueva Orleans, no importándoles en absoluto a quién
se unían y contra quién luchaban. Al final la trama (bueno, la “trama”)
desarrollada a lo largo de su primera temporada ha llegado a un final
satisfactorio, cerrándose la historia y preparándolo todo para una segunda
temporada en la que espero se enmienden todos los errores cometidos por el
camino.
A partir de aquí spoilers.
Lo que es una pena es haber
perdido a Rebekah por el camino, aunque su aparición en la season finale abre las puertas a su posible participación en la
serie en el futuro (además que así lo han confirmado tanto la actriz como desde
la cadena). Veremos. Otros que han sido baja pero cuyas muertes he celebrado
mucho han sido Diego y Thierry, los amiguitos de Marcel, que como líder ha
dejado muchísimo que desear, viendo cómo masacraban a su “familia” dos veces.
Un desgraciado de la vida. Kieran (Father
K.) tampoco ha llegado hasta el final, aunque bastante tuvo con la
maldición (gitana) que le echó Bastianna (fascinante personaje anciano con una aún
más fascinante voz). Pero si hay algo que me ha fascinado de verdad ha sido la
resistencia de Hayley, que estando embarazada, ha superado todo lo posible e
imaginable. Y oye, que ha conseguido dar a la luz sin mayores problemas (más
allá del secuestro sufrido a manos de las brujas, el casi sacrificio de su bebé
y su breve muerte). Eso sí, lo que menos me ha gustado ha sido el regreso del
patriarca del clan Mikaelson. ¡Qué pesadilla de hombre! Su presencia en la
serie puede dar mucho juego, de acuerdo, pero nada más allá de un enemigo más a
batir. De momento Davina (que ha mejorado como personaje considerablemente a lo
largo de la temporada) le tiene encerrado. Cuando le salga del parrús brujo le
liberará. Pero que lo haga junto a Josh, un personaje secundario que espero
siga la próxima temporada y que a pesar de lo breve de sus apariciones me ha
gustado mucho. ¿Cómo afectará a los Mikaelson el regreso de su madre versión joven?
¡Vuelve, a casa vuelve! |
‘The Originals’ regresará en
otoño con su nueva temporada. Y hasta Nueva Orleans iremos para ver qué tal le
sienta a Klaus la paternidad en la distancia.
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